El día que conocí al Dr. Karonte…

Conteo de 20 segundos por Edrich Ballesteros

Era el año 2013, y esa mañana fuimos convocados varios elementos para dar una función de lucha libre en una escuela para niños especiales, al llegar, vimos el ring ya debidamente colocado en el patio, muchos niños felices de ver a tanto enmascarado, tanto como los papás y personal de la escuela.

Un salón de clases, acondicionado para ser usado como vestidor, de ahí saldríamos y ahí nos quedaríamos hasta que terminara la función para mantener el orden en la escuela, donde por cierto, se nos pidió que por ser niños especiales, no se dijeran malas palabras sobre el ring como tampoco ningún tipo de acción que pudiera resultar lasciva y corriente, así lo hicimos.

Entre todos, resaltaba una figura, la de un hombre corpulento, algo callado, colocándose sus botas y asomándose de vez en vez por la ventana a través de unas cortinas de color gris, ese hombre, al que todos los presentes le expresaban su respeto, era el Dr. Karonte.

Nadie, absolutamente nadie, le preguntó por ninguno de sus hijos, nadie, solo escucharon las observaciones que les hizo de lo que vio de su lucha, algunos fueron seriamente corregidos, y otros sinceramente felicitados, lo cual seguramente en su momento fue algo importante, porque las cosas se toman de quien vienen, y el señor por supuesto, se ha ganado el respeto de todos gracias a su trayectoria.

Pero también se daba tiempo de reír, de contar algún chiste o anécdota rápida, pero entonces llegaba el momento de subir al ring, por lo que se puso su máscara y ahí, todo cambió, se convirtió en el Dr. Karonte, y sobre el ring, le dio a sus rivales y compañeros una demostración de lo que es la lucha libre, seguro estoy que para muchos al igual que para mi, fue la primera vez que compartieron un ring con el señor, se notó en su nerviosismo, mismo que fue reprochado por el maestro cuando les decía: ¿qué no puedes? al momento de aplicar la contra a la llave que le estuviesen aplicando.

Los niños se emocionaban, y cuando terminó la lucha, levanté el brazo del Dr. Karonte en señal de triunfo, como muchas veces ha sucedido en su carrera, una victoria más y un aprendizaje único para los que estuvimos ahí, ya sin la máscara, se convirtió de nueva cuenta en un hombre calmado, y que incluso nos pidió datos para cuando organizara o tuviera una función por su cuenta.

Hoy a través del día nos enteramos de su partida de este mundo terrenal, y nos unimos a la pena que embarga a su familia y seres queridos, y aún cuando no hay palabras de consuelo en estos momentos, es creo, importante que sepan que el hombre y el personaje han dejado un legado en cada lección que aprendimos de él, arriba y abajo de un cuadrilátero, así que hasta donde esté el Dr. Karonte, le recordaremos y deseamos que este descansando en paz.

Gracias Dr. Karonte.

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