Un aniversario del CMLL opacado por una función de viernes…

Conteo de 20 segundos por Edrich Ballesteros

Si están pensando en el próximo aniversario del CMLL donde la lucha estelar será de cabelleras (siete para ser exactos) no, no me estoy refiriendo a esa función, donde para muchos, incluyendo a quien escribe, se me hace más atractiva la lucha de máscaras entre Microman y Chamuel, porque sin querer, el CMLL ha revivido esa vieja pero tan efectiva fórmula de crear un pique y que el duelo de tapas sea no solo un espectáculo sino una necesidad.

Pero no, me referiré a muchos años atrás, 19 para ser exactos, donde en una función de viernes en el evento denominado “Homenaje a dos leyendas”, la Arena México veía un enfrentamiento que quedó para la historia, por muchas situaciones y que terminó con la caída de uno de los grandes luchadores de México como lo fue Villano Tercero (Q.E.P.D) ante Atlantis.

Ese mismo año, en la lucha estelar de aniversario, el Negro Casas se enfrentó al Hijo del Santo, en la tercera edición del Torneo, Leyenda de Plata, muchos ni siquiera recuerdan esta lucha, por muy buena que fuera, ese año la lucha de máscaras por el mes de Mayo se llevó todo.

Y es que hubo cosas muy interesantes en esa función de Homenaje a Dos Leyendas, la primera, es que fue la primera vez, que Atlantis no era el favorito para ganar, por mucho que fuera el ídolo de los niños, por mucho que fuera el que había ganado máscaras importantes, campeonatos y el reconocimiento de la gente, ese día, la gente, en su mayoría, apoyaba al Villano Tercero.

El Villano Tercero era sin más, la máxima figura del Toreo, ese inmueble al norte de la Ciudad del que hoy solo queda la nostalgia y alguno que otro ladrillo de los aficionados que por las noches iban a buscar tesoros ocultos entre esos muros derrumbados pero que conservaban tanta historia, si bien Canek era el encargado de hacerle frente a los extranjeros que llegaban, el Villano Tercero era el encargado de demostrar de qué estaba hecha la lucha libre mexicana.

Pero no solo era raro ver que el visitante por así llamar al Villano Tercero, fuera el favorito sobre el local Atlantis, no, también fue de llamar la atención que dicha lucha fue pactada a una sola caida, no a dos de tres como comúnmente se realizan las luchas de apuestas, lo que hacía que la gente pensara que Atlantis no tendría oportunidad de ganarle a un maestro de la lucha libre, quien durante semanas venía dándole a Atlantis paliza tras paliza en cada función donde se encontraban, porque además, no fue una rivalidad al vapor, no se hizo el reto porque un día se vieron feo, ni tampoco porque un día haciendo equipo, uno fue el culpable de la derrota, no, esa rivalidad de inicio fue la que puso los ojos de todos sobre el CMLL, sobre el ídolo Atlantis contra la leyenda Villano Tercero.

El resultado todos lo sabemos, Atlantis con su quebradora en todo lo alto, después conocida como la “Atlantida” ganó, la carrera de Arturo Díaz Mendoza siguió, y solo el tiempo y su salud lo doblegaron, pero nada hasta ahora ha igualado esa emoción, ese drama, esa demostración de buena lucha que ponía a los espectadores al filo de la butaca en cada lance, en cada llave, en cada castigo, es lo menos que se esperaba, fue lo mínimo que nos dieron.

Del aniversario de ese año, insisto, no fue mala lucha, pero si la ponemos a lado de la de máscaras, no se compara, aún cuando la rivalidad de Negro Casas contra el Hijo del Santo estaba en su apogeo, no pudo competir con ese algo que no en todas las funciones se da, eso que las hace inolvidables, eso que las mantiene en la memoria de quienes la vimos, no pudieron, y aún a la fecha no han podido todavía.

Regresando a la actualidad, son 7 cabelleras las que están en juego, y ninguna, vale lo que una máscara de hace 19 años, y no porque sean malos luchadores, no porque no sepan hacer su trabajo en el ring, simplemente es porque las rivalidades al vapor no causan emoción, porque el cabello crece y la vida sigue, porque ninguna carrera se acabó cuando una cabellera cayó, porque por muy buena que sea, muchos olvidarán siquiera que existió.

Así que insisto, la lucha de máscaras entre Chamuel y Microman, hará que valga la pena el próximo aniversario, porque han demostrado que se traen ganas, han demostrado que una rivalidad no es de una semana, porque han demostrado que sin la tapa, ninguno será el mismo después…

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