La historia no escrita de Octagón

Conteo de 20 segundos por Edrich Ballesteros

Octagón sin duda, es ídolo de muchos, otros lo consideran leyenda, inolvidable cada momento que quedó grabado en la memoria de quienes lo vieron sobre el ring desde el inicio de su carrera, el artemarcialista que vino a darle una imagen nueva a la lucha libre, ese que hasta daba consejos a los niños, sus máximos seguidores, menos dos en especial.

Y es que la lucha libre se reduce a un mero espacio de ficción cuando en la vida real, el hombre detrás del personaje se comporta de cualquier forma, menos de una ejemplar, y para muestra la siguiente historia:

Hace algunos años, cuando Sahori, cuyo nombre real en vida fue Maria Jovita Ramírez Zamora venía regresando de una lesión de rodilla que la mantuvo alejada del ring, se vio en la necesidad de acudir ante la justicia para exigir que el padre de sus dos hijos, no solo les diera su apellido, sino también, cumpliera con sus obligaciones alimentarias de las cuales, el luchador conocido como Octagón se había desentendido por completo.

Fue así, que en la primera audiencia de conciliación, ahí estaba él, sin máscara, arrogante, como sintiendo que por ser quien es la justicia no lo alcanzaría, y que por el contrario, hasta le tendrían que pedir una disculpa por hacerle perder su tiempo.

Sahori era una mujer orgullosa, con mucha dignidad, y ese día, por cuestiones ajenas a su voluntad, se presentó tarde a la audiencia, por lo que solo se mantuvo ahí, de pie, mientras el secretario de acuerdos del juzgado Séptimo de lo Familiar en la Ciudad de México llenaba el acta correspondiente, al no haber conciliación, se dio inicio a la demanda de reconocimiento de paternidad.

Lo anterior me consta, ya que estuve ahí a lado de Sahori para apoyarle en ese momento y posteriores.

En dicha demanda, Sahori exhibió pruebas de su lesión, y se solicitó por ley, el examen de ADN correspondiente, mismo que tenía que ser pagado por la solicitante, quien contaba en ese momento con un par de abogados que su hermano le había recomendado, por lo que de inicio, buscaron la reducción del costo del mismo por estar más allá de los recursos de la solicitante.

Pero más triste que la carencia económica, fue leer la contestación del señor Octagón, quien desde ese momento, desconocía a sus hijos y negaba haber tenido cualquier tipo de relación más allá de lo profesional con Sahori, alegando que por ser quien era, mucha gente se le acercaba para querer sacar un beneficio.

Además de negarse al estudio de ADN correspondiente, también dijo que no tenía recursos, cosa que es tan extraña considerando que ha vivido demanda tras demanda en contra de Triple A, y no, no las he llevado con un abogado de oficio ni tampoco se ha defendido por su cuenta, así que es medio ilógico creer esa aseveración.

Mientras todo eso pasaba, y las cosas seguían en los juzgados, Octagón vivía el pleito en contra de Triple A por usar su nombre para un Octagón Jr, entonces decide presentar a sus hijos, incluyendo a los que engendró con Sahori, que para ese entonces, ya había fallecido.

Una acción que solo fue para cubrir las apariencias, pues nunca tuvo a bien apoyar a esos dos muchachos, algo que puede leerse en el muro de facebook de uno de ellos, ahí, Juan Carlos Ramírez hijo de Sahori y Octagón, expone la realidad del ídolo.

Todo lo anterior, se puede verificar en el juzgado séptimo de lo familiar en la Ciudad de México, pues el asunto está registrado con el número 1401/2011 y ahí se encuentra la declaración judicial de Octagón, ya que si dice que no es verdad, se tendría que enfrentar entonces a las sanciones correspondientes por declarar con falsedad ante autoridad judicial.

Ese es el ídolo, la leyenda, el amo de los ocho ángulos, ese es Octagón.

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