Conteo de 20 segundos por Edrich Ballesteros
Hace unos días nos enteramos del fallecimiento de el luchador Black Demon, cuyo nombre fue Roberto Muñóz, nacido en 1980 y luchador profesional desde hace tiempo ya, su deceso se da en medio de una emergencia de salud a nivel mundial conocida como COVID-19, siendo éste, el motivo por el cual, el gladiador perdió la vida.
Y es que aún parece que la gente no entiende que todos podemos ser contagiados en algún momento, y que si bien, algunos grupos son más vulnerables que otros, la realidad es que el distanciamiento social ha sido hasta hoy, el método más eficaz de prevención.
LA LUCHA LIBRE HOY
Desde que se dio inicio a la suspensión de actividades no esenciales, promotores y luchadores han buscado la forma de seguir trabajando, ya sea al margen de la ley o mediante funciones a puerta cerrada, queriendo con esto evitar que el público pueda correr algún riesgo, pero ¿y los luchadores?
A estas alturas, ya debemos entender que el virus puede ser asintomático, es decir, que una persona infectada con COVID-19 puede que no presente fiebre, dificultad para respirar, dolor de cabeza, ni ningún otro síntoma asociado, pero sin embargo, es portador del virus, así que puede transmitirlo a otras personas con las que tenga contacto.
Contacto como el que hay en un encuentro de lucha libre.
Así que el uso de un termómetro para tomar la temperatura a cada gladiador no es suficiente, ya que la única forma real de saber si una persona o no, está infectada es a través de una prueba de laboratorio, dicha prueba en un laboratorio particular, se puede realizar con un costo de 2,100 pesos más I.V.A.
Si cada luchador que participa en un evento a puerta cerrada, tuviera que hacerse un examen clínico para de verdad, asegurar que no está infectado, habría que multiplicar por cada luchador que participa en dicha función y ver si de verdad conviene o no, en lo económico.
Yo la verdad, desconozco si algún promotor haya pagado un estudio de estos a los elementos que participen en una función a puerta cerrada, pero de ser el caso, mejor debería darle el dinero a los luchadores sin arriesgarlos, porque no creo que de transmisión por ningún medio, le salga para costearlo.
LA REALIDAD
Un luchador que se contagie en una función a puerta cerrada, llegará a casa, con su familia, y puede sin saberlo contagiarlos, entonces requerirán atención médica, quienes no tengan seguridad social como IMSS o ISSSTE, tendrán que pagar atención particular, y de entrada, como señalé, tendrá que pagar 2,100 pesos por un estudio, si, por uno solo, si hay tres personas en su casa incluyendo niños, tendrán que pagar casi 9,500 pesos, sin contar la consulta médica.
Y tristemente estoy convencido, que no, no todos pueden pagar eso, y menos ahora, así que lo mejor sería quedarse en casa.
RESPONSABILIDAD SOCIAL
Ya he hablado al respecto, y seguiré insistiendo, los luchadores son figuras públicas, deben dar el ejemplo de lo que es el sano distanciamiento, y participar en una función, incluso a puerta cerrada, no contribuye a eso, por el contrario, el mensaje que manda, sobre todo a los niños y jóvenes es: si nosotros podemos, tú también.
Esto es serio, estamos hablando de un tema de salud, estamos hablando de la posibilidad de que alguien muera, como ya fue el caso de Black Demon, por esta enfermedad, no tenemos que esperar a que eso pase en casa de cada uno de nosotros para tomar conciencia,
Descanse en paz Black Demon y que de verdad, sea el ejemplo que hacía falta para tomar esto con la seriedad que merece, por el bien de todos…
