Redacción FDT Lucha Libre | Foto: Pablo Lozano (Arena Rey Bucanero)
Una velada de miedo fue la que se vivió en la Arena Rey Bucanero en la función Luchalloween en la que los Micro y Pequeños Estrellas la hicieron en grande.
El turno para los Micro Estrellas se dio en la segunda confrontación de la función donde Pequeño Átomo y El Guapito se midieron ante Pequeño Nitro y Chamuel.
Y vaya que estos pequeños gigantes del ensogado se lucieron sacando lo mejor de su repertorio para el regocijo de todos los aficionados.
Con vuelos y castigos de ambos bandos, finalmente los marrulleros obtuvieron el triunfo, cuando Pequeño Nitro rindió al Átomo con una Gori; mientras que el Micro Number One voló desde el esquinero, y con un espaldazo dio cuenta del Guapito.
Ya con los ánimos encendidos se llevó a cabo La Copa de Pequeñas Estrellas, un duelo que impresionó por su calidad hasta el más escéptico, ya que todos y cada uno de los gladiadores demostraron la calidad, experiencia y entrega que brindan sobre el cuadrilátero.
No podía ser de otra manera, pues estaban festejando su 29 Aniversario y así arribaron al entarimado Pequeño Violencia, Pequeño Pierroth, Mercurio, Aéreo, Fantassy, Pequeño Olímpico, Shockercito y Último Dragoncito.
Luego del orden determinado por la batalla campal, éstos grandes estetas del ensogado fueron eliminándose en busca de llevarse la gloria.
De tal modo Mercurio dio cuenta de Aéreo, mientras Shockercito hacía lo propio con Pequeño Violencia.
Más adelante Pequeño Olímpico fue eliminado por Fantasy, posteriormente Dragoncito fue eliminado por El Pequeño Boricua.
Las contiendas semifinales se dieron entre Mercurio y Shockercito, además de Fantasy y Pierrotito.
Los cuatro estetas se brindaron totalmente para que luego de ser eliminados el 500% Guapo y Fantasy, el duelo final quedó entre Mercurio y Pequeño Bocazas.
Y si bien es cierto que el boricua aventaja en experiencia al regiomontano, Mercurio no desmereció la oportunidad en ningún momento y protagonizaron un encuentro que desbordo las pasiones del respetable.
Las acciones se tornaron tan intensas que hasta sangre corrió entre estos luchadores, llaves, castigos, vuelos, lances; realmente fue impresionante la calidad de duelo que brindaron.
Aunque el Rey del Chúntaro Style demostró lo mucho que ha crecido como luchador, fue la enorme experiencia de Pequeño Pierroth quién le permitió levantarse con la victoria.
Con la emoción plasmada en la voz, agradecieron por estas casi tres décadas de permanencia en el gusto y cariño de los aficionados.
Se despidieron del ring, no sin antes asegurar que no importa la plaza en que se presenten, siempre se brindaran por completo con el corazón y su amor por la lucha libre.