Bravo como pocos, la Leyenda Esmeralda

José Ernesto Álvarez Hernández | Columna invitada

En 1971 debutó con los sueños de todo joven, ser alguien en la lucha libre, en ese entonces un camino aún más rocoso y cuesta arriba que en la actualidad, no se sintió y no lo percibieron lo suficientemente preparado y se fue un año para regresar con la fuerza y el coraje que lo caracterizó a lo largo de su carrera. Haciendo aparición en la Arena Coliseo de su natal Guadalajara y de inmediato destacando, tan es así que lo enviaron a Monterrey y de ahí a la Ciudad de México donde también rápidamente se colocó en planos importantes.

El camino al estrellato le tenía deparadas grandes sorpresas como aquella noche en que en una cruenta batalla dejó la hermosa máscara verde esmeralda a manos del gran Hombre Pez, Fishman, con un final tan raro como fortuito, después de un estrellón en una esquina el hombre de la máscara verde esmeralda perdió el conocimiento (según sus propias palabras) y junto con ello su preciada incógnita.

En un duelo donde él era amplio favorito, cuando se dio cuenta ya estaba siendo desenmascarado pero al mismo tiempo estaba naciendo un ídolo de proporciones gigantescas, el público lo adoró de inmediato, sobre todo la afición femenina, en resumen esa noche hubo dos ganadores, Fishman y el nuevo gran ídolo de la afición.

Tan solo unos meses después se repondría del descalabro con la cabellera de uno de sus grandes rivales, el Perro Aguayo, a quien en total rapó tres veces y nunca fue rapado por el Can de Nochistlán, siguieron los triunfos en luchas de apuestas y de campeonato, su temperamento lo llevo al bando rudo donde se convirtió en una auténtica fiera, sin distinción de bando, con escasos socios y muchos rivales.

Esta gran etapa de rudo lo llevó a planos estelares en el Toreo de Cuatro Caminos donde coincidió con antiguos enemigos como el Veneno Verde y el Perro, pero también nuevos retos como el Villano III.

Probó suerte como independiente y súper libre, con constantes giras alrededor de la República y los Estados Unidos, nunca fue a Japón por decisión propia, regresó a la Empresa Mexicana de Lucha Libre como técnico y claro como estrella con nuevos rivales como MS1 y La Fiera, a los cuales rapó, siendo recordada a la fecha la histórica y sangrienta lucha de cabelleras contra el Pirata Morgan, donde el filibustero estuvo al punto del desmayo por la sangre perdida.

A los pocos meses rapó a MS1, después de esa lucha y de 21 años de carrera, como estelarista y en plenitud de facultades dijo “ya no más” y así por decisión propia se retiró de la lucha libre, a pesar de recibir varias ofertas se mantuvo firme y no regresó.

El CMLL le hizo un merecido homenaje en la Arena México, en Homenaje a Dos Leyendas, y contrario a lo que se ha especulado, el ídolo esmeralda si tiene un hijo varón que no quiso dedicarse a la lucha libre, muchos se han acercado a querer hacerse de ese icónico nombre y de esa legendaria máscara, pero ha quedado claro que esas botas son imposibles de llenar.

Actualmente Don José Luis Barajas Fernández se encuentra, fuerte, sano y entero, tanto física como mentalmente, el hombre que con solo 21 años de carrera construyó una leyenda. Gracias por esas noches de verdadera lucha libre, por la técnica, por la rudeza, gracias FARAÓN.

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